lunes, 5 de mayo de 2014

Joaquín Paredes Pérez


No recuerdo exactamente la forma en la que aprendía a leer, pero la lectura siempre ha sido para mí fuente de enriquecimiento, distracción, aprendizaje, etc.

Siendo niño recuerdo que una de las primeras lecturas que me llamaron la atención fue Vuelo nocturno de Atoine de Sant-Exupéri. Yo soy el mayor de tres hermanos y en casa mis padres dedicaban todo el día al negocio familiar, gracias al cual, los tres hijos hemos tenido todas las oportunidades del mundo para formarnos y labrarnos un porvenir digno.

He tenido la suerte de contar con una mayoría de maestros y profesores que me han transmitido la pasión por lo que hacían, y eso mismo es lo que yo trato de hacer todos los días con mis alumnos.

Durante la adolescencia recuerdo varias lecturas que lograron que ésta me gustara cada vez más. Además de las lecturas de segundo de bachillerato, me gustaron especialmente lecturas en catalán, el Mecanoscrit del segon origen de Manuel de Pedrolo, obras de Mercé Rodoreda…

En esta época la vocación a la música cristaliza en mí, y es a lo que dedico la mayor parte del tiempo. Gracias a la suscripción al Círculo de Lectores siempre he tenido gran cantidad de lecturas al alcance de la mano. Participar en un grupo de teatro también me ha ayudado a la lectura y he mejorado laforma de expresarme en público.

De adulto es cuando descubro verdaderamente el placer de la lectura, compañera de algunos de los mejores momentos, evocadora de mundos inimaginables y capaz de despertar los sentimientos más profundos en vidas de personajes que haces tuyas en una experiencia única e intransferible.

Mi hijo mayor con nueve años ya es un ávido lector, tal vez porque desde muy pequeño todas las noches le contábamos cuentos y los libros siempre han sido un regalo importante. Lo mismo estamos haciendo con el pequeño, que termina por aprender el texto de los cuentos de memoria y nunca se cansa de repetirlos.

Es maravilloso ver sus caras cuando declamas y escenificas un fragmento de texto, cómo despierta en ellos interés cada detalle del relato, o cómo les puede entusiasmar la lectura de un cómic a la par que el mejor videojuego.

Sin duda que para ellos la lectura será tan importante o más que para sus padres, pues la semilla plantada en ellos germinará dando unos frutos jugosos y sabrosos que sabrán paladear como el mejor de los placeres.

Joaquín Paredes Pérez
Profesor de Música


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